Trump 2.0: El Impacto en México de la Victoria Electoral del Magnate
La jornada del pasado "súper martes" sorprendió a todos. La masiva jornada electoral en Estados Unidos, en la cual se renovaba el Poder ejecutivo y la mitad del Congreso estadounidense, se presentaba como una de las disputas electorales más reñidas en la historia. Pero la realidad superó nuevamente a lo que decenas de encuestas afirmaban: el magnate Donald Trump vuelve a la Casa Blanca.
En un hecho con pocos precedentes, México y Estados Unidos iniciarán nuevos procesos gubernamentales casi de manera simultánea; con la reciente llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia mexicana y la próxima toma de protesta de Trump el 20 de enero del 2025. Sin embargo, pocas veces en la historia se puede vislumbrar una antítesis en las ideas políticas y culturales entre los gobiernos de los dos países como la que estamos por ver durante los próximos 4 años.
México debe maniobrar con cuidado ahora que Donald Trump volverá a la Casa Blanca, ya que la retórica de campaña de Trump incluye aranceles del 200% (doscientos por ciento) a los automóviles procedentes de México, deportaciones masivas y acciones militares frente a los cárteles de la droga. Dichas propuestas colocan a la presidenta Claudia Sheinbaum en una posición difícil, pero México todavía tiene espacio para negociar y suavizar el impacto en el comercio, temas migratorios y cuestiones de seguridad. Es probable que se produzca un deterioro inicial en la relación entre ambos países, y un impacto sobre el peso mexicano.
Ahora, ¿qué se puede esperar concretamente de la nueva presidencia de Trump en los Estados Unidos y su vínculo con México? Mariana Campero, del Programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (“CSIS” por sus siglas en inglés) con sede en Washington,declaró al periódico “El Economista” lo siguiente: "lo que sabemos sobre Trump es que es transaccional". Por el otro lado, los analistas opinan que a largo plazo México tiene cierta influencia, particularmente en materia de migración, lo cual podría ayudar a diluir algunas de las promesas de Trump en áreas como el comercio y seguridad.
Campero agregó que Sheinbaum, quien asumió el cargo en octubre, se beneficiará más si sigue el ejemplo de su mentor político y predecesor, Andrés Manuel López Obrador. El exmandatario encontró una manera de trabajar con Trump durante el primer mandato del republicano (2017-2021), ejerciendo una mayor aplicación de la ley en materia de migración y alejando las opciones de la política económica estadounidense, las cuales habrían perjudicado a México. Trump, por su parte, lanzó varias amenazas sobre el tema migratorio, pero muchas de ellas no fueron aplicadas.
México también podría apoyarse en las empresas estadounidenses, muchas de las cuales se benefician significativamente del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (“T-MEC”). Dicho apoyo serviría para presionar sobre los grandes aumentos arancelarios. El actual T-MEC se negoció durante el gobierno de Trump y terminó siendo mucho menos perjudicial para México de lo que los funcionarios mexicanos habían temido inicialmente. El T-MEC será revisado nuevamente en 2026 y esas conversaciones serán un momento clave en la relación entre Sheinbaum y Trump.
Otra zona de tensión potencial es China. Pese a la presión estadounidense, México ha permitido que las empresas chinas expandan su presencia en el territorio nacional en los últimos años, y está considerando un programa de incentivos abierto a empresas de cualquier país interesadas en invertir en territorio mexicano. De hecho, la expansión de China, no sólo en México sino en toda Latinoamérica, es la única preocupación real para Estados Unidos en lo que concierne a sus vecinos latinos. Mientras tanto, Trump ha prometido un arancel del 60% (sesenta por ciento) sobre los productos chinos, y uno de al menos el 10% (diez por ciento) sobre todas las demás importaciones (dentro de las cuales México estaría en la lista).
De acuerdo con varios analistas, la administración de Sheinbaum es plenamente consciente de que frenar el flujo de fentanilo (la droga que mata a decenas de miles de estadounidenses cada año) será una prioridad en la agenda de ambos líderes. Sheinbaum tendrá que estar preparada para cooperar y mostrar resultados a fin de obtener el capital político necesario para evitar que las ideas más radicales de Trump, como la intervención militar estadounidense frente a los cárteles mexicanos, se pongan sobre la mesa.
De acuerdo con Lila Abed, directora del Instituto de México del Wilson Center, con sede en Washington, cualquier incursión de ese tipo podría causar un enorme daño a las relaciones entre las economías interdependientes, sobre todo si se tiene en cuenta que gran parte del poder legislativo del partido republicano durante la administración del saliente presidente Joe Biden, presionó para que Estados Unidos "resuelva la situación".
Trump asumirá su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos el próximo 20 de enero, y la expectativa hasta ese día es que el magnate vaya revelando sus cartas en cuanto a lo que busca con México. Lo que es una certeza es que, por lo que manifestó en campaña, la relación podría ser mucho más ríspida que con el anterior presidente.